Ayer, Huelva volvió a demostrar que es una ciudad y una provincia profundamente rociera.
En este Año Jubilar, nuestra Hermandad de Emigrantes tuvo a bien organizar un Rosario Jubilar Rociero que reuniera a todas las hermandades filiales de la Diócesis onubense en un acto de fe y devoción compartida. Un rezo único, celebrado en el histórico porche de la Catedral de Huelva y que quedará para siempre en la memoria de todos los que lo vivimos.
Para el Coro de la Real Hermandad de Emigrantes ha sido un inmenso orgullo poner los sones a este acto, acompañando con nuestras voces una jornada tan especial en la que, una vez más, la Huelva rociera ha hecho historia.
Queremos agradecer sinceramente a nuestra Real Hdad. Emigrantes del Rocío de Huelva, y a nuestra hermana mayor, María José Muiño, por la inmensa dedicación, por su esfuerzo constante en la preparación de este acto y por acompañarnos siempre con cariño y compromiso.
Nuestro más profundo agradecimiento también a Javier González Reyes, que nos acompañó al piano con la maestría y sensibilidad que le caracterizan, y que una vez más supo poner música a la oración. Igualmente, a Abel Freitas, cuya gaita emocionó a todos al interpretar los sones de las coplas que escribiera Muñoz y Pabón con motivo de la Coronación de la Virgen del Rocío, y que ya forman parte del alma de la grey rociera.
Gracias al Coro Joven Real Hdad de Emigrantes de Ntra. Srs. del Rocío de Huelva, con quienes fue un verdadero privilegio unir nuestras voces y compartir con ellos la emoción de cantar la Salve, que puso broche de oro a una noche inolvidable de oración y hermandad.
Y, por supuesto, a todos los componentes del Coro de Emigrantes, por su compromiso, su dedicación incansable y su amor por nuestra hermandad. Gracias por transformar cada ensayo en entrega, cada canto en plegaria, y cada acto en una verdadera ofrenda a nuestra Hermandad y a nuestra Madre del Rocío.